Una base sólida. La formación de los huesos está basada en una red de tejido conjuntivo, el colágeno. El colágeno almacena importantes minerales en forma de nutrientes. Estos materiales son primordialmente calcio y fosfato y aseguran que los huesos sean lo suficientemente fuertes y resistentes. A alrededor de los 30 años de edad, se ha alcanzado el máximo de densidad de los huesos. A partir de ese momento la densidad de los huesos disminuye año con año como parte del proceso de envejecimiento. El riesgo de romperse un hueso, incluso con un esfuerzo mínimo, puede aumentar ya sea a causa de factores genéticos, pero también como consecuencia de un estilo de vida poco saludable y de una dieta no equilibrada. Además de la vitamina D, la vitamina K también estimula la formación de nuevos tejidos óseos y reduce la excreción de calcio. Los elementos traza cinc, manganeso, cobre y boro también son importantes para mantener la densidad del hueso.
Indicación importante: No sustituye una dieta balanceada y variada.